Experiencias, vivencias y opiniones sobre el curro en la oficina, la productividad personal y otras movidas de la vida en general...
29 de noviembre de 2011
La procrastinación por aburrimiento
Dentro de la productividad personal, el termino "procrastinación" es bien conocido. Resumiendo mucho, la definición que a mi más me gusta de todas las que he leído, sería "El arte de aplazar indefinidamente algo que tenemos que hacer". Es algo que hacemos todos, continuamente. Unos más, otros menos, pero aquí nadie se salva.
Más que hablar de la procrastinación en sí, voy a a hablar de un tipo de procrastinación que me ocurre a mi últimamente, por mis circunstancias en el trabajo. Es lo que yo llamo la procrastinación por aburrimiento.
En el cliente en el que estoy trabajando desde hace poco más de un año, el trabajo que tengo que hacer es... nimio. De todo el tiempo que llevo allí, podría decir que he trabajado a tope menos de un mes (juntando lo poquito que he trabajado durante todo el año y pico...), si llega. Apenas tenemos curro, y las tareas que tenemos asignadas están sobredimensionadas en el tiempo... Si, no estoy flipando. Soy ingeniero informático, y estoy en un cliente en el que las tareas son pocas, y tienes tiempo más que de sobra para ellas. A alguno le parecerá el paraíso. Ya os digo que no lo es. Parece que en esta profesión no hay punto medio...
Y es que aburrirse en el trabajo es horroroso... casi es peor que estar hasta arriba. Si alguno lo ha vivido, lo entenderá. Pasarte días, semanas incluso, navegando por inet, leyendo tus feeds, twitter... Incluso hace dos semanas me presenté a un examen de certificación Java, que había estado medio estudiándolo en casa, medio en el curro, en esos "ratos libres".
Esta situación es frustrante, pero, además, genera otro problema: el acostumbrarse a ello. Llega un momento en el cual, te mandan alguna tarea importante, y como el tiempo está algo sobreestimado, y no tienes nada más... pasas de la tarea. La procrastinas. No tienes nada que hacer, ojo, pero... no te apetece hacerla. Total, si nunca haces nada, pues tampoco lo vas a hacer ahora. Y la procrastinas una y otra vez. Intentas ponerte con ella alguna vez, y cuando llevas 2 o 3 minutos... puf, que pereza, me abro el navegador, miro twitter un segundo, y ahora vuelvo. Vuelvo a la media hora... uy que rollo de tarea, bah, tengo mucho tiempo para hacerla, total, quedan 20 minutos para bajar a comer, voy a mirar internet. Y así, TODO el día. He llegado a estar semanas enteras así, sin tocar una tarea que tenia que hacer. La procrastinación total, es la procrastinación infinita, una rueda de la que ya no hay salida.
¿Cómo se sale de esta rueda? Difícil, no os voy a engañar. Es más, yo todavía no he salido. Y no, no tengo pistas mágicas, ni hábitos milagrosos para recomendaros. Nada de eso. Solo una cosa, que estoy haciendo, y pronto dará sus frutos: buscar un trabajo en el que puedas darlo todo, todo lo mejor de ti. Si algo no te gusta, cámbialo. Si la procrastinación parece invencible... ¡cámbialo todo! Ese es el lema que estoy intentando seguir para salir de ese bucle infinito. Si, soy muy de terapias de choque, jeje. Ya os contaré si funciona...
Imagen vía Narrow bajo licencia Creative Commons.
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